YO, MATÍAS

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Pequeñas historias para meditar con una sonrisa...

jueves, 8 de octubre de 2009

Las chicas publican sus celulares en Facebook sin medir los riesgos

Un 20,3 % de las chicas de 13 a 15 años que usan Facebook publica en esa red social su número de celular. El dato surge de un estudio que realizó la Asociación Chicos.net sobre la conducta de loa adolescentes (de 13 a 18 años) en Facebook.
Si se toma el total de la muestra, se ve que un 17 % de los chicos y chicas publica el teléfono celular entre sus datos personales. De esta y otras conductas detectadas en la investigación, el estudio concluye que: “No se observa un cuidado especial al publicar datos personales en la Web. Casi todos los chicos publican su nombre completo, colegio, localidad, fecha de nacimiento y mail como parte de la información personal”. El trabajo señala que si bien la publicación de ese tipo de datos es parte de la lógica de las redes sociales, esa exposición “refuerza el hecho de la necesidad de orientación adulta”.
Laura Serra, directora del portal Educ.ar, del Ministerio de Educación de la Nación, afirma que el vínculo de los chicos con las redes sociales demanda a padres y docentes. “La explosión de Facebook enfrenta a los padres, en forma exponencial, con su principal tarea, que es también una de las principales de los docentes: acompañar a los chicos en su crecimiento, en todas las formas posibles. Internet, y en este caso Facebook, es entre otras cosas, una herramienta de comunicación. Ni más ni menos que eso”, dice la directora de Educ.ar.
Sigue Serra: “Está en nosotros, los adultos, guiarlos, sin coartarlos, enseñándoles a cuidarse y respetarse, y a cuidar y respetar a los demás. A no publicar sus datos personales, no arreglar encuentros con desconocidos, no actuar sin pensar, no escribir algo guiados por un impulso, y ano lastimar”.
Para los investigadores, en el estudio se ve que casi la totalidad de los adolescentes de la muestra “parece no percibir la diferencia entre características y circunstancias de un espacio público y un espacio privado”. O bien, señala el trabajo, “consideran que la información que proveen sólo está al alcance de amigos y conocidos. Sin embargo, hay señales que indican que sus perfiles incluyen a terceros que no han sido parte de sus vidas”.
Que los datos de los chicos quedan a disposición no sólo de personas cercanas a ellos puede deducirse si se revisa la cantidad de “amigos” (así se llama a los contactos en Facebook) que tiene cada uno de ellos-
Del total de la muestra (250 chicos y chicas de Capital y el Conurbano), tienen hasta 49 amigos sólo el 1,6 % de los chicos; mientras que el 55,2 % reúne entre 50 y 349 amigos; el 34,8 % suma entre 350 y 799 contactos; y más de 800 amigos tiene el 8,4 % de los adolescentes que formaron parte de la muestra.

Fuente: CLARIN – Lunes 28 de setiembre de 2009

miércoles, 1 de octubre de 2008

Tribus urbanas: ¿DNI o NN?

Para comenzar este análisis sin caer en modismos fáciles de dar por entendido todas las cosas, inicié este artículo tratando de encontrar el significado del concepto tribus urbanas. El diccionario me aporta que una tribu es un grupo social de un mismo origen, real o supuesto, cuyos miembros suelen tener en común usos y costumbres. También encontré el mismo término definido como un grupo grande de personas con alguna característica común, especialmente las pandillas juveniles. En esta última descripción hallé un poco de claridad conceptual para encarar el análisis.
Pero no contento con ello, me planteo una duda que surge del trasfondo que da origen y sentido a estas tribus urbanas: ¿Los jóvenes adquieren una identidad propia al ser parte de ellas, o estos movimientos culturales -por decirlo de alguna forma- se devoran sus propias personalidades?
Esta pregunta me la hice en virtud de haber observado las reacciones que las tribus urbanas han despertado en estos últimos tiempos en la sociedad en general.
Por un lado tenemos a los adolescentes que manifiestan un profundo sentido de identificación y pertenencia, al formar parte de alguna de estas movidas. No importa si se es flogger, emo, dark o cualquier otra denominación… lo importante es estar en alguna de estas, creo yo mal llamadas, tribus urbanas.
Por otro lado tenemos a los que observan desde afuera, que manifiestan no entender el hecho de adquirir una identidad, cuando en realidad, se los ve a todos iguales… misma vestimenta, mismo corte de cabello, mismas actitudes. Desde este punto de vista, es imposible adjudicar nombres propios, simplemente son un grupo determinado.
Como conclusión de este artículo, he podido discernir que en realidad lo importante no es establecer si se trata de DNI o NN; porque ello me llevaría a una dicotomía imposible de resolver, casi tan infinita como el tema del huevo y la gallina. Lo relevante aquí es entender el por qué de estas tribus. Creo que todo se fundamenta en un profundo cambio social propio de esta época: la adultescencia o lo que he dado en llamar síndrome de la eterna juventud (a la cual me he de referir especialmente en próximos artículos). Según mi criterio, lo que se ha producido es un aplastamiento generacional. Los adultos se niegan a abandonar la juventud, desean eternizar este tiempo, y los adolescentes no encuentran el espacio que la sociedad les debería proporcionar. Allí tenemos jóvenes demasiado grandes para el mundo infantil y demasiado pequeños para el mundo adulto, pero con estos últimos negándose a cederle el espacio que les corresponde. Ese condicionamiento social hace que la situación explote por uno u otro lado, y los adolescentes encuentren en las tribus urbanas una forma de vida social que les pertenece.